Sábado 15 de marzo de 2025 Martes 28 de octubre de 2008
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 CAPITULO I
 CAPITULO II
CAPITULO III
CAPITULO IV
Publicado en Internet por: Walter G. Belfiore y Alberto Allindo
 

CAPITULO III

 


Definición de istalaciones - Estadística mensual de boletos vendidos - Como eran y quedaron los límites de Garín al formarse el partido de Escobar. Creación de la localidad de Maquinista Savio. Situación geográfica. Distancias. Ubicación de las poblaciones, vías de acceso, extensión - Cuestionamiento a la ordenanza por la cual se creo la delegación Maquinista Savio - Ordenanza creación Delegación Municipal Maquinista Savio - Ordenanza y Decreto Escudo Municipal de Maquinista Savio.

 
LAS DIFERENCIAS ENTRE UN APEADERO, PARADA Y ESTACIÓN.

APEADERO: Lugar no atendido por personal y donde los trenes paran a los efectos de bajar y/o subir pasajeros únicamente.

PARADA: Es atendida por personal habilitado para el servicio de pasajeros únicamente.

ESTACIÓN: Está habilitada para atender todos los servicios públicos a cargo del ferrocarril, con las restricciones que se indican en determinados casos.

Para una mayor interpretación y ante las confusiones que se plantean a menudo respecto al verdadero alcance y a la diferencia entre Parada y Estación, las funciones que cumplen en la práctica son significativas.

La Parada cuenta solamente con personal para el expendio de pasajes, en cambio la Estación cumple diversas actividades, Ejemplo: venta de pasajes, despachos y recepción de encomiendas, cargas en general, etc. Es dirigida por un jefe responsable que tiene a cargo un número de auxiliares. Se cuenta con una vivienda sobre el predio de las instalaciones, la cual es habitada por este superior y su residencia es permanente, siendo suplantado ante cualquier eventualidad por el 2º jefe. Es decir que la Parada y la Estación, no expresan similitud alguna en su desenvolvimiento.

Clasificar Parada a nivel de Estación, cabe significar que la categorización se halla condicionada a su movimiento en general y se ajusta a normas preestablecidas pro la empresa ferroviaria, por consecuencia de haber reunido en este caso la Parada, los requisitos mínimos.

En esto último vale una pregunta, ¿cuáles son estos requisitos?, Tengamos en cuenta primero que el concepto antes explicado viene de muchos años atrás y si nos referimos a la función que cumple en la actualidad el ferrocarril, su movimiento en general, hoy día que las cargas por este ramal han desaparecido, su circulación se limita solamente al traslado de pasajeros. En este caso, si aplicamos la acepción del manual de interpretaciones, tendremos que la Parada Maquinista Savio, supera en cantidad de expendio de boletos al resto de las estaciones del trayecto suburbano Victoria-Capilla del Señor. Para demostrar esta aseveración y para ajustarnos un poco más al reglamento, hemos tomado una estadística diaria, confeccionada en el mes de julio del año 1987 por la ex oficina Control Entradas del Ferrocarril Mitre, la cual contempla cifras oficiales, excluyendo las reales, que serían la suma por la evasión de pasajes.

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 .

 

 
Presidente: Dr. D. Adolfo Luis Picasso, Vicepresidente: D. Juan Humberto Ismael Beliera, Secretario: Ing. D. David Levín, Prosecretario: D. Pedro Nieto, Secretario de Actas: D. Francisco Serra, Tesorero: D. Pío Cippitelli, Protesorero: D. D. Horacio Russo, Vocales: D. Juan Schenk, D. Andrés Koslab, D. Juan Wyss, D. Carmelo Guerra, D. José R. Rauzy, D. Oscar Aubone, D. Oscar Beliera, D. César Peña y el Dr. D. Andrés Manuel Janer. Revisores de Cuentas: Escribano D. Carlos Martínez y D. Manuel Cheves

El 21 de noviembre de ese año se realiza una reunión extraordinaria con la participación de los vecinos y se aprueba reunir fondos para la construcción del Apeadero, decidiendo la mayoría de los presentes que el aporte se haría de acuerdo al volumen de la propiedad, siendo el tributo mínimo 1.000 $, pero también se consideraba contribuciones menores para aquellos de escasos recursos. Varios miembros de la comisión, por su propia voluntad, se comprometen a donar sumas mayores.

En esta primer convocatoria se recaudó entre los presentes 94.300 pesos m/n., importe que los incentivó para acelerar el comienzo de las obras, designándose a los señores Picasso, Levín, Nieto, Beliera y Koslab, para entrevistar al ing. Fernando E. Pilar, 2º jefe del Departamento de Vía y Obra del Ferrocarril Mitre.

Luego de reunirse con este funcionario, restaba aún ultimar algunos detalles. Por ello en el mes de enero de 1960 cursaron una nota al Administrador del Ferrocarril Mitre, comunicando que al margen de lo ya aprobado en los planos presentados, procederían a levantar un refugio o abrigo para resguardo de los pasajeros, adjuntando el diseño del mismo. Llevaban también a su conocimiento, que los trabajos se efectuarían "por administración", aportando los vecinos el material y la mano de obra que fuera necesario bajo el contralor técnico del ferrocarril, contando con la colaboración desinteresada de profesionales del rubro, siendo uno de ellos el constructor D. Carmelo Guerra, quien facilitaba además, una mezcladora, una moledora mecánica, andamios, varias herramientas y otros implementos para ejecutar las tareas. Del mismo modo se tenía la palabra y el compromiso sin costo alguno del maestro mayor de obras D. Pío Cippitelli, para ocuparse del cuidado de los trabajos.

Todo lo recaudado para la financiación del proyecto era depositado en la cuenta corriente Nº 228, que habían abierto en la sucursal Escobar del Banco de la Provincia de Buenos Aires, a nombre de los miembros de la comisión: D. Adolfo Picasso, D. Pío Cippitelli, D. Humberto Ismael Beliera, D. Horacio Russo y D. Pedro Nieto.

Una de las mayores preocupaciones eran la cantidad de materiales que se necesitaban para cubrir la longitud y extensión del andén, cuyo costo había aumentado considerablemente y superaba el cálculo previsto años atrás. Justificaban ahora, que en vez de Apeadero el proyecto se aprobara bajo la categoría de Parada, con las correspondientes comodidades y anexos inherentes a la misma; un nuevo estudio de costos arrojó la suma de $ 887.500,00 m/n para concretar esta última ambición.

Solicitaban también, se les permitiera efectuar la limpieza del terreno y depositar en él ladrillos, cascotes, arena y otros materiales que ofrecían los vecinos como contribución para la obra. En el nuevo petitorio se adjuntaba un documento donde Da. Juana Beliera, Da. Celia María Portillo Beliera de Olivieri y D. Juan Humberto Ismael Beliera, en su carácter de propietarios de la fracción contigua a las vías en el km. 48, ratificaban como aporte para facilitar la realización del Apeadero, la donación al ferrocarril de una lonja de tierra de 50 metros de ancho por 700 metros de largo, comprometiéndose a ceder a título gratuito y en la proporción que a cada uno de ellos los afectara en el trazado. Dichas tierras les correspondía a los nombrados por haberlas heredado por testamento de D. Agustín Beliera Maderna, cuyo juicio sucesorio del cual eran albaceas se hallaba archivado en el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial Nº 10 de la ciudad de La Plata.

Otro documento de exoneración suscripto por los titulares de la comisión cerraba los requisitos reclamados. En el mismo se comprometían a lo siguiente: 1º) Hacer los trabajos de acuerdo al plano confeccionado y a satisfacción del ingeniero que designe el ferrocarril. 2º) Asumir todas las responsabilidades que surgieran en el transcurso de las obras anticipadas a la autorización oficial, como así también las derivadas de cualquier accidente que ocurriera con motivo de los trabajos. 3º) En caso de que éstos no fueran aceptados y aprobados por el ferrocarril por no haberse realizado conforme al plano, se obligaban a dejar el terreno en las mismas condiciones como les fuera entregado. 4º) Abonar a la administración los gastos derivados de estudios, planos y demás trámites en caso de desistir de su realización.

En el mes de marzo de 1960, se efectúan varias reuniones entre las partes, la comisión acepta los presupuestos presentados por los señores Albino Boy, Norberto Bell, Carlos Orellano y Oscar Lucatelli, donde constan los trabajos de albañilería y mampostería a concretar, siendo revisados por el constructor D. Carmelo Guerra. En esos días se recibe un detalle de las conversaciones mantenidas con los representantes del ferrocarril, por parte del Dr. Picasso y el Ing. Levín, adelantando que personal especializado de la empresa se haría presente para determinar la ubicación del Apeadero a construirse.

Se adquieren 40.000 ladrillos a los hornos de Russo y de Beliera-Melo, donando el primero 4.000 y los últimos 10.000. Otra cantidad de calidad superior se trae desde la localidad de Chacabuco. Otras sumas de dinero se invierten en la compra de arena, hierros y bolsas de cal y cemento. El comisionado del municipio de Escobar, enterado de los preparativos para el inicio de la obra, promete facilitar una máquina niveladora y la pala hidráulica para alisar el terreno y rellenar la parte del andén, días más tarde ofrece también un carro y camión regador.

La provisión de agua era uno de los mayores inconvenientes. Al comienzo era abastecida por un señor de apellido Flint y por los hornos de Oscar Beliera y Pedro Nieto; luego se llegaría a un acuerdo con D. Andrés Koslab, quien sin descuidar las reservas del barrio Alta Vista y por estar próximo al lugar brindaría la cantidad necesaria.

Se depositan en el banco $ 124.300,00 m/n., producto de las colectas, sumando los fondos recaudados hasta ese momento $ 135.300,00 m/n. En concepto de salidas por gastos en materiales y mano de obra se llegaba a $ 97.379,00. Todos debían cooperar y por ello se visitaba a los vecinos que no habían hecho aun sus aportes para lograr tal cometido.

 

El lunes 25 de abril de 1960, a las 09:00, horas se dio comienzo a las obras y en los primeros días del mes de junio debido a su adelanto, la comisión evaluó la posibilidad de inaugurar el Apeadero para la fecha patria que se avecinaba en celebración al día de la bandera nacional, pidiendo a las autoridades ferroviarias que ordenaran la detención de todos los trenes locales que se dirigían hasta la estación Matheu. Lo solicitado no prosperó por diversos inconvenientes que veremos a continuación.

Comienzo de las obras de la Parada KM. 48
 
Uno de los factores que paralizaron imprevistamente la obra fue la falta de provisión de cemento. Una vez solucionado el abastecimiento de este material se reanudaron los trabajos y en julio de 1960 ya se había construido la pared de la plataforma en toda su longitud de 220 metros y se comenzaba con su relleno.

Otro de los impedimentos se presentó con los contratistas Orellana y Locatelli, quienes pretendían cobrar sumas adicionales por los trabajos realizados. Esta circunstancia no contemplada en el contrato, dio lugar a prescindir de los servicios de los nombrados por querer lucrar a costa de los vecinos y por expresarse en forma injuriosa contra los miembros de la comisión, quedando a cargo de la obra D. Carmelo Guerra y D. Héctor Cippitelli.

En el mes de octubre se procedió a entregar a las autoridades del ferrocarril, la documentación técnica de las obras y las constancias de haber abonado la suma de $ 8.519,00 m/n. en concepto de derechos arancelarios.

Considerando que la construcción del andén se hallaba prácticamente finalizada, se convocó a los vecinos a participar de una asamblea general para el día domingo 23 de octubre en la casa quinta del ing. Levín. Debido al mal tiempo reinante en la fecha programada se pospuso el encuentro para el día 26 de noviembre. Esta postergación servía, además, para esperar el resultado de las negociaciones mantenidas con la empresa ferroviaria, ya que algo importante se estaba gestando, pues en esos días previos, la comisión había agasajado en el domicilio del ingeniero Levín, a funcionarios del ferrocarril Mitre, estando presentes en dicho festejo los Ingenieros Pilar y Beretta y los Sres. Rodríguez, Di Campli, Varela, Bustos y Torasso.

La reunión no se llevo a cabo en la fecha prevista y se aplazó nuevamente para el 3 de diciembre, oportunidad donde se informó a los presentes lo realizado hasta el momento y se propuso hacer pública la nómina de los colaboradores, como también los aportes efectuados, gastos, renovación de los miembros de la comisión directiva y otros detalles relacionados con la prosecución y finalización de las obras. El postre fue el anuncio y la lectura de la aprobación del petitorio vecinal presentado en el mes de enero de ese año por parte del Director Nacional de Ferrocarriles, Ing. Lorenzo R. Botazzi, quien con fecha 16 de noviembre de 1960 había firmado la resolución Nº 593/60, autorizando a la empresa del Ferrocarril del Estado Argentino a construir las instalaciones fijas y necesarias y convertir en Parada con desvío de cruzada el Apeadero Km. 48, en virtud de que la conversión solicitada favorecía la implantación de un nuevo sistema de manejo y control de la operatividad y con ello se lograría un mayor beneficio a todos los usuarios, una más ajustada regularidad en la marcha de los trenes que a la vez representaría un adelanto técnico ponderable.

Esta resolución facultaba la detención de las formaciones en el lugar a partir del 19 de diciembre del mismo año, todos los días de su circulación y según se efectuaran sus respectivas prestaciones en días hábiles, domingos o feriados, que se consideraran necesarios para el desplazamiento de los vecinos de la zona. Las tarifas, en forma momentánea y hasta tanto no se concluyeran las instalaciones autorizadas, tenían vigencia hasta y desde Garín y Matheu. De más está en decir, que luego de este logro, la asamblea ratificó todo lo actuado y la reelección de la comisión vecinal.

Según lo previsto quedó inaugurado el servicio de trenes de pasajeros en la flamante Parada Km. 48, el 19 de diciembre en los siguientes horarios. Salidas de Victoria: 02:00, 06:30 (no corría los domingos), 06:32 (domingos), 07:32 (domingos y feriados), 10:51, 17:02 (días hábiles), 17:38 (días hábiles), 19:00 (días hábiles), 19:10 (domingos y feriados), 20.01 (días hábiles), 20:15. Regresos. Salida de Parada Km. 48: 03:45, 06:23 (días hábiles), 07:59 (no corría los domingos), 08:31 (domingos), 12:44 (días hábiles), 11:05, 15:56 (no corría los domingos), 17:57, 18:51 (días hábiles), 20:46 (días feriados) y 20:46 (domingos).

El delegado municipal de Tortuguitas D. Osvaldo Medina y el secretario ejecutivo del gobierno de la provincia de Buenos Aires, visitan el lugar en el mes de febrero de 1961. Mantienen una reunión con la comisión vecinal y como resultado del petitorio de estos últimos, interceden en las gestiones ante el Director de Agua y Energía para dotar del servicio eléctrico a la Parada ferroviaria.

Desde Vialidad de la delegación Del Viso, envían una máquina niveladora para esparcir la carbonilla enviada por ferrocarriles hasta estación Garín y desde ahí transportada por cuenta de la comisión al Km. 48. Se cursan notas al intendente de Escobar solicitando se gestione la luz eléctrica para el sector comprendido desde el barrio Alta Vista hasta el límite con el partido del Pilar, incluyendo la parada ferroviaria y la ruta 26.

La fracción lindera del lado izquierdo del andén, en toda su extensión, queda afectada a un plan de urbanización. Se colocan las primeras plantas en los costados de las plataforma a una distancia de 6 metros una de la otra y se instalan las cañerías y el bombeador para proveer de agua a la Parada.

Se aprueba el presupuesto del contratista D. Alberto Merlino para realizar las estructuras de hormigón del edificio de la Parada y se dispone la compra de los materiales.

En setiembre de 1961 D. Juan Humberto Ismael Beliera y Da. María Portillo de Olivieri, se dirigen por medio de una nota al Sr. Administrador del Ferrocarril Mitre, en la misma ratificaban la donación del terreno de 50 por 700 metros y a su vez hacían saber que la franja de tierra perteneciente a Da. Juana Beliera había sido adquirida por el primero de los nombrados por escritura pasada ante el escribano D. Justo R. Ballester, efectuada en el pueblo de Escobar en fecha 20 de junio de 1960, y por tal motivo tomaba a su cargo el cumplimiento del compromiso contraído oportunamente por la vendedora con el ferrocarril. El 30 de abril de 1962, la empresa procedió a tomar posesión del terreno cuya superficie comprendía 35.000 m2.

Una circular impresa en noviembre de 1962, es distribuida entre los vecinos para que concurran a una asamblea prevista para el día 15 de diciembre con la finalidad de renovar la comisión. La misma se efectúa con una numerosa participación de habitantes y de resultas de la votación son confirmados la mayoría de los representantes vecinales, otros, por deserción son reemplazados, quedando compuesta la nueva mesa directiva por las siguientes personas: Presidente Honorario: D. Ezequiel Pablo Beliera. Presidente: Dr. Adolfo Luis Picasso, Vicepresidente: D. Humberto Beliera, Tesorero: D. Pío Cippitelli, Protesorero: D. Horacio Russo, Secretario: Ing. D. David Levín, Prosecretario: D. Pedro Nieto, Secretario de Actas: D. Francisco Serra`, Vocales: D. Carmelo Guerra, D. Claudio Permarini, D. Samuel F. Gurfinkel, D. José de Melo, D. Juan Wyss, D. Andrés Koslab, D. Antonio Brunetti y D. L. Flint. Revisores de Cuentas: D. Luis Zanardi y D. Pedro Capello. Comisión de Fiestas: Da. Carmen C. de Levín, Da. Mercedes F. de Capello y la Srta. Mercedes D. Capello.

En diciembre de 1962 se colocaron los carteles indicadores PARADA KILOMETRO 48 y se corrieron las alambradas para que el ferrocarril pudiera utilizar los terrenos que le habían sido cedidos en donación. A mediados de 1963 al no prosperar las gestiones realizadas ante diversos entes para lograr la provisión de energía eléctrica, derivan la situación a la administración de Ferrocarriles. Días después se autoriza a la comisión a dirigirse a la empresa SEGBA con la finalidad de tramitar en forma directa las conexiones correspondientes para la iluminación de la Parada y la fuerza motriz para extraer agua.

Resulta digno destacar la actividad desplegada en todos estos años por los integrantes de la comisión, quienes al margen de su preocupación por dotar ahora de todo lo necesario a la Parada, sin descuidar sus ocupaciones habituales también estaban abocados a lograr la edificación de una escuela, un destacamento policial, la iglesia y otros beneficios para el progreso del lugar.

Desde el momento de la habilitación de la Parada mucho tiempo había pasado y se notaba un panorama desalentador en la finalización del proyecto. Este estancamiento producido por falta de recursos, obligó a llamar a los pobladores a un nuevo esfuerzo para terminar la obra emprendida. Los años fueron sucediendo y la comisión vecinal confirmada una vez más con el voto de confianza de los pobladores, organizó rifas, festivales, comidas y otros eventos para proveerse de fondos. Otros ingresos llegaron de la colaboración popular y de las contribuciones personales de los más pudientes. A fines de abril del año 1968 se dio por concluida la obra.

El edificio quedó construido con las modalidades propias de una estación, de 23 m. de largo por 7,00 m. de ancho. La plataforma de 220 m. de largo por 4,00 m. de ancho, hacia el lado de las vías se levantó un muro de mampostería de 0,45 m. de espesor apoyado sobre bases de hormigón de cascotes y en el cordón superior se colocaron losetas de hormigón premoldeado. Contaba además con los detalles que se enumeran:

1) Dependencia de boletería de 4,00 m. por 3,20 m., equipada con toilette de 1,50 m. por 0,90 m., revestido con azulejos celestes y artefactos instalados, para uso exclusivo del personal ferroviario.

2) Un refugio para el público de 8,00 m. por 3,20 m., protegido hacia el lado de las vías con superficie vidriada y hacia el lado de la calle con pared de mampostería.

3) Cuatro baños para uso público de damas y caballeros, de 3,00 m. por 2,00 cada uno, revestidos con azulejos celestes y equipados con sus artefactos.

4) Un depósito de 4,00 m. por 3,20 m., con resguardo para el equipo bombeador que alimentaba un tanque de 1.000 litros.

5) Cañerías e instalaciones sanitarias complementarias.

La estructura resistente quedó formada por columnas, vigas y losas de hormigón, su cubierta asfáltica y revestida con material de frente. Se la dotó con una moderna iluminación y sobre la plataforma se instalaron seis columnas con focos de vapor a mercurio y todos los alrededores de la Parada fueron adecuadamente urbanizados.

La conveniencia de poner un nombre a la Parada Km. 48, tiene sus anécdotas. Según testimonios de algunos sobrevivientes de la ex comisión vecinal, existía un acuerdo con los representantes de la empresa ferroviaria para llamarla Beliera por ser este el apellido de los antiguos propietarios del sitio donde se erigió la Parada y por ser los descendientes de esta familia los donantes de las tierras para la construcción de las instalaciones ferroviarias y futuras expansiones. Otra denominación que se barajaba era el de "Escuela 24", por ser el hito de su creación y no faltó quien propusiera "Granadero Gelves", relacionando a este soldado mártir de la batalla de San Lorenzo como nacido en el lugar. Lo cierto es que el compromiso de palabra no se cumplió en los hechos y las autoridades de Ferrocarriles Argentinos designadas por el entonces gobierno militar, en fecha 23 de agosto de 1968 el general de brigada D. Tomás José Caballero, vicepresidente en ejercicio de la presidencia de dicho órgano estatal, aprobaba la resolución P. Nº 1932/68, cuyo tenor se trascribe:

"Visto el expediente Nº 10.303/58 del registro de la Secretaría del Estado de Transporte por el cual se tramita la resolución D.N.F. Nº 593/60, que autorizó la conversión en Parada del Apeadero Km. 48, en jurisdicción del Ferrocarril General Mitre, y

Considerando, que la administración del mencionado Ferrocarril para completar la medida sugiere se le asigne el nombre de "Maquinista Savio". Que el nombre propuesto corresponde a un Maquinista cuya figura es casi leyenda en el ex-ferrocarril Central Argentino, siendo el conductor indiscutible cuando se trataba de correr trenes en que viajaban las más altas personalidades de la época;

Que el homenaje con que se desea recordar al Maquinista Savio no sólo es el tributo a un hombre, sino que indirectamente representa el reconocimiento a toda la familia ferroviaria por intermedio de un servidor que el destino señaló para una descollante actuación;

Por ello, atento a lo establecido en el artículo 15º inciso a) del Estatuto vigente y las facultades conferidas por el Decreto Nº 27/67

EL PRESIDENTE DE FERROCARRILES ARGENTINOS,

RESUELVE:

ARTICULO 1º) Designar con el nombre de Maquinista Savio a la actual Parada Km. 48 del Ferrocarril General Mitre, "ad referéndum" de la Secretaría del Estado de Transporte.

ARTICULO 2º) Regístrese, comuníquese y archívese.


En un lucido acto realizado el día sábado 24 de agosto de 1968, a las 11:00 horas, quedó oficialmente inaugurada la Parada. La ceremonia fue presidida por el vicepresidente en ejercicio de la presidencia de Ferrocarriles Argentino, general de brigada D. Tomás José Caballero, a quien acompañaba el administrador del Ferrocarril General Mitre, coronel D. Eduardo Rossi, el administrador de Relaciones Públicas e Inteligencia de EFA, Coronel D. Alberto Cáceres, el jefe de Economía y Finanzas del Mitre, Mayor D. Lucio Selva, otros altos funcionarios y jefes de Departamentos y principales servicios de la empresa ferroviaria.

Se hallaban presentes, además, el intendente municipal de Escobar, ingeniero D. Alberto Ferrari Marín, el de Pilar, Dr. D. Raúl H. Colombo, el juez de Paz de Escobar, D. Juan Manuel Arcos, el comisario inspector D. Gualberto Angel Rosas, de la Unidad Regional de Policía Nº 3, con asiento en San Martín, el titular de la comisaría de Escobar, y los miembros de la comisión vecinal Pro Parada Kilómetro 48, encabezados por su presidente Dr. D. Adolfo Luis Picasso. También se encontraba D. Luis Jesús Aguirre, ahijado de Francisco Savio.

Formaban guardia de honor junto al palco oficial efectivos del Regimiento de Granaderos a Caballo "General San Martín", del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Escobar, al mando del comandante D. Edelmiro Oscar Shaanz, y de la Sociedad Bomberos Voluntarios del Pilar, a las órdenes del comandante D. Simón Lemos, todos con uniforme de gala.

El arribo de las autoridades se produjo a bordo de un tres especial en el que viajaron también periodistas, fotógrafos y camarógrafos. Fue un tren evocativo conducido por una réplica de la famosa máquina 191 e integrado por la misma formación de coches de época del viejo Ferrocarril Central Argentino, que durante muchísimos años fue tripulado por el Maquinista Francisco Savio.

En primer término, la banda del ejército de la Escuela "General Lemos", bajo la dirección del capitán D. Ramón Falangone, ejecutó el himno nacional, que fue coreado por la concurrencia. Luego se dio lectura a la resolución por la cual se impuso el nombre de "Maquinista Savio"a la Parada Km. 48, y a continuación hizo uso de la palabra el secretario de la comisión vecinal, ingeniero D. David Levín.

Seguidamente pronunció un discurso el general de brigada D. Tomás Caballero, cerrando la ceremonia inaugural el cura párroco de Garín, R.P. D. Pedro Alberto Perna, impartió la bendición a las instalaciones de la Parada. El general Caballero y su comitiva efectuaron entonces una visita al edificio.

Una vez finalizada la recorrida, las autoridades e invitados especiales se trasladaron al edificio en construcción de la Escuela Nº 24 del Pilar, dependiente del Ministerio de Educación de la Provincia de Buenos Aires, donde fueron agasajados con un almuerzo.
 


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