La
Basílica de Santa Maria del Fiore es la
catedral (en italiano
duomo, que proviene del
latín
Domus Dei; "Casa de Dios") de la
archidiócesis católica romana de Florencia, notable
por su cúpula. Es una de las obras maestras del arte
gótico y del primer Renacimiento italiano. Símbolo
de la riqueza y del poder de la capital toscana
durante los siglos
XIII y siglo XIV, la catedral florentina es uno
de los edificios más grandes de la cristiandad. Su
nombre (que se traduce como «Santa María de la
Flor») se refiere al lirio, símbolo de Florencia, o
al antiguo nombre del pueblo llamado
Fiorenza.
Pero, por otra parte, un documento del siglo XV
afirma que la «flor» se refiere a Cristo.
Destaca,
de forma singular, la grandiosa cúpula de
Brunelleschi, de 100 metros de altura interior,
114,5 metros de altura exterior, 41 metros de
diámetro interior y 45,5 metros de diámetro
exterior;
el campanario independiente del Giotto, de 82 m de
altura, y el baptisterio de San Juan, construido en
Florencia después de la Basílica de Santa Cruz y
Santa María Novella con las famosas puertas de
bronce de Ghiberti. El conjunto, formado por la
iglesia, el campanario y el Baptisterio de San Juan,
en el centro de la ciudad, constituye una de las
joyas artísticas y arquitectónicas de Florencia.