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APUNTES DE AYER

Diversiones en Villa Toro
Cuentan
los historiadores que a fines del siglo XIX y comienzos del XX, eran
comunes los reñideros de gallos y las carreras de sortijas en todos
los pueblos de la campaña bonaerense; juegos a los que naturalmente
nuestra villa no hubo de ser ajenos. Por ahora, centraremos nuestra
atención en las diversiones sobre las cuales tenemos alguna
documentación |
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Si bien la imagen habla por ella sola, destacamos los siguientes
nombres:
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Noche de carnaval
en la década del ´50 |
Los derquinos solían festejar, como tantos otros pueblos, las
denominadas "Romerías", que eran reuniones de todo
el vecindario alrededor de una pista de baile y numerosos quioscos de
juegos y ventas que aseguraban unas cuantas horas de distracción.
El término en sí, deriva de las fiestas populares españolas
que celebraban alrededor de un santuario el día correspondiente
a la festividad religiosa del lugar; pero en realidad, en Villa Toro
estas reuniones eran organizadas por el Club Unión y se realizaban
sobre la hoy Avda. de Mayo, al lado del club.
Dentro del terreno, cuando todavía no estaba la Capilla de madera
ni la Escuela Nro. 11, se construía una pista de baile con un
piso de ladrillo picado bien compactado y regado de unos 6 metros de
diámetro. Generalmente se bailaba con pequeñas orquestas
y con "grabaciones", ya que las orquestas más organizadas
tocaban dentro del club. Alrededor de esa pista, se ubicaban los puestos
de juego, comida y bebidas.
Los juegos eran variados: palo jabonado, tiro al blanco, aros sobre
botellas, calesitas, carreras de embolsados, etc. Había también
juegos de apuestas y uno muy singular, el del "chanchito de
la india" que consistía en colocar un cobayo en un cajón
con distintas aberturas, las cuales tenían un número que
eran comprados por los apostadores. Al liberar al animal en el centro
del cajón, éste buscaba naturalmente algún compartimiento.
Ganaba el que acertaba el compartimiento en el que se metía definitivamente.
Sin
más comentarios sobre estos inocentes juegos, diremos que las
reuniones eran organizadas los fines de semana del verano, desde la
tardecita hasta la medianoche, hora en que la usina de Perosio dejaba
de funcionar (solo seguía unas horas más en carnavales).
En
algún año se realizaron en terrenos ubicados sobre la
hoy calle Antonio Toro, pero no tuvieron tanto éxito como las
realizados sobre la avenida.
Como
bien dice el P. Alberto Julio Fernández haciendo referencia a
las realizadas en José C. Paz, "Realmente estas Romerías
fueron una fiesta popular. La población embanderaba los edificios
y las casas para realzar el clima de fiesta. La gente acudía
en familia pues había entretenimientos para todos: chicos, grandes,
hombres y mujeres. Era una fiesta para todo el pueblo pues acudían
de todos los extractos sociales.
No solo concurrían de José C. Paz, también venían
de los pueblos vecinos: San Miguel, Derqui, Pilar, Del Viso, Cuartel
V. Incluso se pedía a la Empresa Ferrocarril al Pacifico que
hiciera correr algún tren hacía Derqui y Pilar después
de las 12 de la noche, para que pudieran volver los romeros. La Empresa
accedía a dicho pedido poniendo a disposición de los viajeros
el tren Nº 271, que partía de la estación local a
la 1,07 de la madrugada. Para los que querían volver a casa más
temprano, partía un tren a las 10,47 p.m.".-
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Carnavales
Otro de los
divertimentos por naturaleza eran los corsos realizados en la
época de carnavales. Producto de una tradición española,
eran festejados en todos los pueblos y sus consideraciones sociales
han sido estudiadas por historiadores y antropólogos. Así,
nos relatan que los disfraces en los corsos, proponen la confusión
de los lugares sociales y hasta de los sexos: los ricos disfrazados
de pobres, los humanos disfrazados de animales, hombres disfrazados
de mujer, etc.-
En la colonia
fueron varias veces prohibidos por estar tan próximos a
la Cuaresma Cristiana. Luego de la Revolución de Mayo,
se volvió muy común la costumbre de jugar en forma
intensa con agua y para ello se usaban toda clase de recipientes.
Uno de ellos era muy particular: huevos vaciados y rellenos con
olor a rosa, aunque a veces se les introducía otras aguas
no tan aromáticas y benignas. Los huevos utilizados eran
los clásicos de gallina y los de ñandú, lo
que nos da una idea de la potencia del juego.
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En Pte.
Derqui fue también usual
y famoso el disfraz de mujer en los
corsos del pueblo.
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Según una crónica de 1836, en época de carnaval
se "movilizaban carros con tinas de agua, jarros, jeringas, huevos
de ñandú" y se generaban verdaderas batallas campales.
Por eso, años después, se prohibió jugar con agua
y solo se podía arrojar "papel cortado, flores, serpentinas
y laminillas de mica".
Los disfraces eran un detalle muy importante a tener en cuenta y así
se podían ver príncipes, condes, el infaltable "oso
carolina" y lujosos carruajes para la reina y sus princesas. |

Coronando
a la Reina del carnaval en el Club Unión - Año 1968
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Junto con el festejo del carnaval en las calles, comenzaron a tener
importancia los bailes. Se realizaban a continuación de los corsos
en teatros, instituciones sociales, hoteles, etc. Uno de los más
famosos fueron los del "Club del Progreso" en Buenos Aires
y en nuestra provincia, los del "Tigre Hotel" y "Hotel
Las Delicias" de Adrogué; pero todos los clubes barriales
tenían sus bailes de carnaval.
En Villa Toro eran organizados sobre la hoy Avda. de Mayo y se hacían
hasta las 12 de la noche porque luego se desarrollaban los bailes dentro
del Club Unión. En él, se alternaban las orquesta de "típica
y de jazz", dando calor y color a la danza. |
"Historia del carnaval bonaerense", por Martín A. Cagliani,
Revista Círculo de la Historia, Nro. 47, febrero 2000.-
"Las Romerias Populares en José C. Paz", por P. Alberto
Julio Fernandez, publicado en www.josepaz.com.ar |
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