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APUNTES DE AYER

Una tarde en el horno de ladrillos - año 1920
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Este
horno de ladrillos funcionó en el lugar que hoy conocemos como
barrio "El Bajo", pasando a trabajar al otro lado de las vías
de la entonces línea ferroviaria del Pacífico, cuando
allí se terminó la tierra útil para elaboración.
En la época de esta toma eran sus propietarios Servando Arias,
Vicente Palpacelli y Podestá Hnos.
Pensemos que ese día de la década de 1920 habrá
sido, como era de rigor, de fuerte "baqueteo", pero la hornalla
estaba cerrada y revocada. or lo tanto en uno o dos días se pasaría
a quemar. Si a este hecho concreto se le agregaba la realización
de una pronta venta, estaba muy cerca la posibilidad de un reparto de
dinero "fresco". Esto y la promesa de un festejo con asado
de por medio hacía olvidar la amarga sensación del cansancio
físico. Si bien el trabajo era duro, el futuro era prometedor,
ya que el pueblo que fundara Antonio Toro seguía creciendo, había
demanda de ladrillos y la hornalla andaba en las 40.000 unidades. Además
para esto, los dueños ya contaban con yegua propia para pisar
esa mezcla de fango elaborado.
Pero aquella tarde en la que se ubica nuestro relato, ya había
pasado la hora del mate cocido y varios se aprestaban para suspender
el trabajo hasta el siguiente día, una inesperada presencia concentró
la atención de todos: un fotógrafo, cámara de tres
patas al hombro, caminando rumbo a la estación Presidente Derqui,
les ofreció sus servicios, ponderando la calidad inalterable
de la obra que pocos minutos después les entregaría en
mano. Luego de un momento de regateo por el precio, el compromiso quedó
sellado y posaron dignamente.
Gracias a este instante de feliz decisión y el cuidado casi religioso
de la placa, luego de poco más de 80 años, esta hoy llega
a nosotros. Veamos el detalle de la amplia mayoría de los que
quedaron grabados en la historia.
Arriba de la hornalla, pala en mano Vicente Palpacelli, luego conocido
comerciante ocal y Manuel Podestá, antiguo vecino de la calle
Toro. Además de los hermanos Julio y Carlitos Torres, el primero
sería por muchos años dueño de una carnicería
y el segundo albañil.
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En
el "burro" (andamio) y adobes (ladrillo crudo) en mano, Tomás
Podestá, Mariano Blasco y Arturo Blasco. En la parte inferior,
Servando Arias, de orígen español y que llegó en
1908, Salvador Morán, Juana de Palpacelli, (cocinera del grupo)
y Américo Palpacelli. Los dos niños: Enrique y José
Palpacelli (el siempre bien recordado Pichuca).También posa una
persona de apellido Villar, la cual era popularmente conocida como "hombre
y medio" debido a su imponente talla física.
Nota Iván Boragno
Foto: Gentileza Dora y Carmen Arias
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Detalle: Juana, Enrique
y José Palpacelli
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